Los desastres están en
aumento como consecuencia del cambio climático y también su frecuencia e
impacto en la población. Para comprender la magnitud de esta problemática a
escala global, en el siguiente gráfico se puede observar el incremento de
eventos medidos entre los años 1970 a 2019.
Los distintos colores
son indicativos del tipo de desastre como la remoción en masa, actividad
volcánica, incendios, deslizamiento de suelo, terremotos, temperaturas
extremas, sequías, clima extremo e inundaciones, entre los cuales se destacan
claramente los dos últimos, cuya ocurrencia se ha multiplicado aproximadamente
unas 5 veces y cuyos orígenes están atribuidos principalmente al cambio
climático. Cabe indicar que los fenómenos
geofísicos (actividad volcánica, terremotos, etc.) también presentan un
incremento, pero se explican por las mejoras introducidas en los registros
estadísticos.
Fuente: https://ourworldindata.org/grapher/natural-disasters-by-type
La evolución de estos eventos hizo que las
Naciones Unidas a partir de la década del 90 y durante los primeros
años del milenio, pusiera en marcha un conjunto de acciones encaminadas a
concientizar a los gobiernos y a la población, para que se tomaran medidas de
prevención y planificación destinadas a reducir los riesgos humanos y
económicos ocasionados por los desastres.
Nótese
que las estrategias para enfrentar los desastres ponen énfasis en la prevención,
porque resultan más eficaces, sostenibles y son unas 20 veces más económicas (Naciones
Unidas, 2022) que la asignación de recursos para responder a una emergencia, todo
lo cual requiere el apoyo de datos geoespaciales accesibles, actualizados e
interoperables.
Contenido del estudio
La publicación contiene: un listado de
acrónimos y abreviaturas, notas sobre la terminología utilizada y un resumen
ejecutivo. Los temas están distribuidos en los siguientes capítulos:
- Capítulo 1 – La importancia de los
sistemas de Administración del Territorio y Sistemas de Información Geoespacial
para la Resiliencia. Marcos de desarrollo global para la resiliencia. Cómo los
sistemas de información territorial y geoespacial pueden reforzar la
resiliencia en países de ingresos bajos y medios. Conclusiones clave.
- Capítulo 2 – Requerimientos para el
Establecimiento de Sistemas de Administración del Territorio y Sistemas de
Información Geoespacial. Características claves para los sistemas catastrales y
registrales. Infraestructuras Nacionales de Datos Espaciales (INDE). Base
fundamental para proveer información geoespacial oficial. Mejorando la
resiliencia. Enfrentando los eventos de desastre. La importancia de un buen
gobierno. Las secuelas de los desastres: una oportunidad para reconstruir
mejor. Protección de los sistemas de información. Conclusiones clave.
- Capítulo 3 – Desarrollo de Sistemas de
Administración del Territorio y Sistemas de Información Geoespacial para la
Resiliencia. Inicio del proceso. Lista de verificación para los sistemas.
Recomendaciones pre y post desastre. Guía para el plan de acción, diseño e
implementación.
Seguidamente se presentan las conclusiones. En forma
complementaria, y con un sentido eminentemente práctico y de ayuda para los
aspectos ejecutivos, se incluyen los siguientes anexos:
- Anexo A - Lista de Verificación para los
Sistemas de Administración del Territorio y Sistemas de Información
Geoespacial.
- Anexo B – Plantilla para el Plan de
Acción.
- Anexo C – Estudio de Casos de Países.
Síntesis del estudio
Siguiendo el texto del resumen
ejecutivo (Banco Mundial, 2020), los países golpeados por
desastres se ven afectados de manera diferente en términos de devastación
causada, número de víctimas, personas desplazadas, impacto en los medios de
subsistencia y ritmo de reconstrucción y recuperación. Algunas comunidades,
ciudades y poblaciones han sido más resilientes que otras frente a los
desastres.
La capacidad de recuperación
luego de eventos peligrosos requiere que los datos sobre las relaciones entre
el territorio y las personas estén
disponibles y sean administrados de manera confiable y segura. Los sistemas
catastrales y registrales junto a otros datos fundamentales que incluyen el
marco de referencia geodésico, las direcciones, construcciones, asentamientos, topografía,
cobertura y uso del suelo, rutas y caminos, redes de infraestructura, etc.,
cumplen un papel fundamental en la planificación, monitoreo e implementación de
respuestas antes, durante y después de ocurridos los desastres.
Ampliando
lo ya señalado en el segundo apartado, en las últimas décadas han surgido
varias iniciativas destinadas a mejorar las capacidades de los gobiernos y
sociedades destinadas a incrementar la resiliencia ante los desastres, dentro
de las cuales están incluidas la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, el
Marco para la Acción de Hyogo y el Marco de Sendai para la Reducción de Riesgo de Desastres. El Marco Integrado de Información Geoespacial, publicado por la
ONU y el Banco Mundial, es un complemento de la referida agenda y marcos, que
requiere de acciones coordinadas a escala global a nivel de adquisición e
integración de datos geoespaciales.
El territorio es la principal
red de seguridad social, por lo que una vez que se pierde el acceso a la
propiedad y posesiones reanudar los medios de subsistencia es extremadamente
complicado y esto aumenta la vulnerabilidad. Cuando las catástrofes desplazan a
las personas, los sistemas catastrales y registrales son indispensables para
proteger los derechos de propiedad. Sin esta infraestructura de información, no
queda registro de lo que se ha perdido, y es muy difícil reconstruir los
derechos sobre el territorio que existían antes que un desastre arrasara con los
elementos físicos sobre el terreno o se destruyeran datos y archivos,
fundamentalmente cuando éstos se encuentran en soporte papel. Es decir que
comprender, analizar y evaluar la ubicación geoespacial de objetos naturales y
artificiales permite identificar la relación entre las catástrofes y lugares
concretos y emprender las acciones de mitigación adecuadas.
Aunque se encuentra fuera del
contenido de la publicación que es motivo de la presente entrada, nos apoyamos
en el siguiente ejemplo por considerarlo sumamente ilustrativo del rol que
cumplen los datos y sistemas en la gestión de desastres. En la siguiente figura,
podemos observar una superposición entre los datos catastrales y un pronóstico de
la posición del río de lava cuando ocurrió la erupción volcánica en la isla de
La Palma, España.
Fuente: Serrano, Fernando (2021).
Las áreas de influencia del
evento son remitidas al Catastro Español por el Instituto Geográfico Nacional,
y el mismo día se envían datos sobre las parcelas y las construcciones que
serán afectadas, todo lo cual permite realizar evaluaciones, determinar la
cantidad aproximada de evacuados y alertas ex – ante.
En la medida que se desarrolló
el evento, el organismo de protección civil activó el servicio de emergencia
del satélite Copernicus para tener
información continua de la evolución del recorrido de la lava, y nuevamente se
solapa esa información con los datos catastrales para conocer efectivamente los
inmuebles, cultivos y viviendas alcanzadas por las coladas, con lo cual se fueron monitoreando
los daños ocasionados y también sus costos, tomando como base valores de
referencia representados por valores estadísticos del mercado.

Retomando el resumen del
estudio, señala que resulta fundamental disponer de una IDE, dado que proporciona una plataforma de geo-localización
común, desarrollada a través de la colaboración interinstitucional y de la
utilización de datos y servicios interoperables. Una IDE se construye sobre
tres pilares: el pilar de gobernanza que incluye el liderazgo, el modelo de
administración y los acuerdos institucionales para fortalecer la participación
de los organismos que producen y gestionan información geoespacial.
La falta de interoperabilidad
entre los organismos gubernamentales es clave para el uso eficaz de los datos
geoespaciales para la gestión del territorio. De los nueve países que
participaron en el análisis que sustenta este estudio, la mayoría declaró que los
organismos trabajaban sin compartir información o la registraban en formatos no
estandarizados. De modo que los cuatro temas fundamentales para lograr la
interoperabilidad son los problemas técnicos, la falta de capacidad
institucional, un marco legal deficiente para el intercambio de datos y la
ausencia de una cultura de intercambio.
La gestión eficaz del riesgo
de catástrofes afecta a muchos países, incluso los desarrollados. A pesar de
que existe una amplia gama de información y recursos relacionados con la
implementación de prácticas de gestión de riesgos, se enfrentan problemas
significativos durante los eventos de desastre. Incluso los países con
economías fuertes, sistemas sociales bien establecidos y una buena gobernanza
pueden tener dificultades para responder al cambio climático y a las
catástrofes naturales y fracasar en los intentos de aplicar estrategias
eficaces para hacer frente a estos problemas, por lo que resulta necesario
invertir en estrategias para mejorar la resiliencia con un enfoque holístico.
De hecho, invertir en infraestructuras resilientes es rentable, ya que su falta
es excesivamente cara. Suele ofrecer 4 dólares en beneficios por cada dólar
invertido (Banco Mundial, 2020).
Hay que aprovechar la
oportunidad para reforzar la gestión del riesgo de catástrofes adoptando una
política de "reconstruir mejor" tras las catástrofes. Reconstruir mejor no es
sólo una cuestión de reconstruir edificios e infraestructuras con normas de
construcción más estrictas para que sean más resistentes, sino que también debe
implicar luchar contra los factores que socavan la seguridad de los medios de
vida, como la inseguridad de los derechos de propiedad, la escasez de
información geoespacial y la debilidad de los sistemas de información en
general. También significa potenciar los recursos comunitarios necesarios para mejorar
la resiliencia, como las redes de transmisión de alertas y la realización de
simulacros de emergencia. También es probable que haya que mejorar la
gobernanza para que los gobiernos central, regional y local estén más
dispuestos a trabajar juntos y a compartir información y recursos, y que haya
un seguimiento más estrecho de los programas de recuperación y reconstrucción.
En definitiva, la resiliencia
de las comunidades no es posible sin una Administración del Territorio fiable y
una IDE que permita el acceso a los activos de
información necesarios. Las deficiencias de estos sistemas socavan las
políticas y las acciones gubernamentales destinadas a mejorar la capacidad de
las comunidades y las poblaciones para planificar, mitigar, resistir,
acomodarse y recuperarse de los efectos de las catástrofes.
Fuentes consultadas:
Banco Mundial (2020). Solid Ground:
Increasing Community Resilience Through Improved Land Administration and
Geospatial Information Systems. World Bank, Washington, DC., https://openknowledge.worldbank.org/handle/10986/33706
Global Change Data Lab (GCDL)
(2022). Our World In Data. Global
reported natural disasters by type, 1970 to 2019, https://ourworldindata.org/grapher/natural-disasters-by-type
Naciones Unidas (2022). Día
Internacional para la Reducción del Riesgo de Desastres, https://www.un.org/es/observances/disaster-reduction-day
Serrano, Fernando (2021). Use of
cadastral data for monitoring and recovering from the Volcano catastrophe in La
Palma (Spain). Webinario conjunto del Comité Permanente del Catastro de la
Unión Europea y EuroGeographics CLRKEN. Esolvenia, noviembre 2021, https://eurogeographics.org/wp-content/uploads/2021/07/14-Fernando-Serrano_Cadastral_Information_La_Palma.pdf