Dos
ediciones fueron publicadas del Atas de Carlos de Chapeaurouge, la primera en
1901 y la segunda en 1905. Esta obra es la primera y única que reúne en mapas
fraccionados en hojas de tamaño regular, el catastro rural de todo el país.
El autor nació en París en 1846 y se graduó de
Agrimensor en el Departamento Topográfico el 7 de Octubre de 1864. Entre sus
trabajos profesionales más notorios cuentan el trazado de las ciudades de Mar
del Plata, Balcarce, Tandil, Marcos Paz y Arrecifes en la provincia de Buenos
Aires, y las colonias agrícolas de la provincia de Santa Fe, Esperanza, San Justo y Reconquista. En 1872 publicó
el primer plano catastral de la provincia de Santa Fe, y en 1888 publica el
primer plano de la Capital Federal, que fue adoptado oficialmente por la
Municipalidad de Buenos Aires. De Chapeaurouge ha escrito además varios libros
vinculados a la profesión, entre los que se destaca el “Tratado de Agrimensura
Teórico, práctico, legal” editado en 1889.
Portada
del Atlas. Fuente: De Chapeaurouge (1901).
Volviendo a la publicación y a las cuestiones de diseño en particular, el Atlas dispone de un mapa con una división en
hojas (ver siguiente figura), que funciona como un índice espacial para que el
lector pueda ubicarse rápidamente el área geográfica de interés. Resulta
llamativa la ausencia de información sobre la escala y fuentes documentales
utilizadas. Desde lo técnico, solo pueden apreciarse las referencias
geográficas de latitud y longitud (referida al meridiano de Buenos Aires),
aunque sin un corte regular por valores enteros, tal vez, siguiendo como única
lógica su ajuste al formato de publicación, es decir dando preponderancia a lo
editorial por sobre lo cartográfico.
División
en Hojas y Numeración. Fuente: De Chapeaurouge (1901).
Debe
observarse en las Hojas que, en la medida que la escala lo permite, están
indicados los nombres de los propietarios, y que además el autor destaca como
nota en la parte superior derecha lo siguiente: “Ruego a los señores
propietarios de terrenos en cualquier Provincia quieran suministrarme sus datos
para el mejor aprovechamiento de este plano.” Cabe
hacer notar que la información utilizada para elaborar el Atlas surgió
fundamentalmente de registros públicos pertenecientes a las Provincias y al
Estado Nacional que, por aquel entonces, administraba varios Territorios
Nacionales, posteriormente convertidos en Provincias.
Sin
embargo, el valor agregado aportado por esta obra es la visión de conjunto del
territorio nacional fraccionado en parcelas, y la reunión de información
dispersa proveniente de registros gráficos existentes y de miles de planos de
mensura colectivas como individuales, registrados en los Departamentos
Topográficos Provinciales y en la Dirección de Tierras y Colonias de la Nación
(organismos que antecedieron a los Catastros Jurisdiccionales).
Hoja
N° 46 del Atlas con división parcelaria. Fuente: De Chapeaurouge (1901)
Cabe destacar
que el contenido de los mapas no se limitó a presentar la información catastral
sino que ésta fue combinada con información sobre límites jurisdiccionales (nación,
provincias, partidos o departamentos), centros poblados, vías de comunicación,
vías férreas, cursos y cuerpos de agua y datos del relieve del terreno, estos
últimos provenientes de la Oficina Topográfica Militar, organismo en el que se
reunía toda la información cartográfica elaborada durante las expediciones
militares. Asimismo deben tenerse en cuenta las fuentes de datos propias
obtenidas del trabajo profesional desplegado por el propio de Chapeaurouge en
varias provincias del país.
Un total
de 16 hojas del Atlas fueron destinadas a incorporar planos de las capitales
provinciales y de Buenos Aires y alrededores (hoy conurbano), representados a
escalas variables que van desde 1:12500 a 1:100000. Esa variación tuvo una
relación directa con la información
disponible para representar en un tamaño fijo de hoja, es decir dónde ésta era
limitada el autor utilizó escalas pequeñas que fue incrementando en la medida
que la cantidad de datos a colocar en el mapa lo hacía necesario. Además del
entramado vial urbano, estos planos incluyeron las parcelas de la zona rural
circundante y, en casi todos ellos, se ha colocado un cuadro de referencias con
la ubicación de los principales edificios institucionales y plazas.
Hoja
N° 56 de Santa Fe y sus alrededores. Fuente: De Chapeaurouge (1901)
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El
desarrollo del Atlas le demandó al autor unos 12 años de trabajo, lo que da una
idea del enorme trabajo de recopilación necesario para culminar esta obra
cartográfica. En cuanto al diseño de los mapas que integran la publicación, a
pesar de la gran cantidad de detalles que contiene, resulta clara y atrayente, sea
por el tipo y espesor de las líneas, como por el rotulado de la toponimia, el
uso de los colores y el efecto de sombras en la representación del relieve.
En cuanto
al porqué de un Atlas con información catastral firmado por un profesional
particular, se debe tener en cuenta que en ese momento los mapas de autor eran
la fuente de datos geográficos y territoriales por excelencia y de mayor circulación, situación
que recién cambió con la sanción de la Ley de la Carta N° 12.696 en 1941, norma por medio de la cual quedaría
establecido que toda la cartografía deberá tener la aprobación del Instituto
Geográfico Militar (hoy Instituto Geográfico Nacional, IGN), lo cual dará paso
a un cambio de mapas de autor a mapas oficiales o autorizados por la autoridad
de aplicación de la Ley.
Finalmente
podemos decir que se trata de una obra extraordinaria y de singular valor,
siendo la única que por aquellos años le permitió al Estado Nacional, disponer
de una visión completa de la distribución de la tierra pública y quienes fueron
sus beneficiarios, además de permitir visualizar tempranamente la contribución
del Catastro al ordenamiento del espacio soberano del país. Pero por otro lado,
el interés de la empresa editorial demostró la existencia de una demanda de
estos mapas de parte de los particulares, dentro de un contexto de crecimiento
económico y social que vinculó a la cultura con la técnica incorporada por las
instituciones en el manejo del recurso más valioso que tiene un país luego de
sus habitantes, todo lo cual coloca a este Atlas en un lugar destacado en la
historia de las representaciones del territorio Argentino.
Fuentes consultadas:
Chapeaurouge, Carlos de
(1901). Atlas del Plano Catastral de la
República Argentina, Ed. Eigendorf y Lesser, Buenos Aires. Recurso
disponible en:
https://www.davidrumsey.com/luna/servlet/view/search?q=pub_list_no%3d%2210109.000%22&sort=&qvq=w4s:/where%2FArgentina%2F;lc:RUMSEY~8~1&mi=3&trs=407, consultado el 27/11/2018.
David Rumsey Map
Collection (2018),
https://www.davidrumsey.com/luna/servlet/view/all/where/Argentina/, accedido el 27/11/2018.
Instituto Geográfico
Nacional (2009). IGM 130 años IGN.
Editado por IGN y Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas.
Favelukes, Graciela (2016).
El País en un Libro. Parcelas, Mensuras y
Territorio en Catastros Tempranos en la Argentina,
http://www.unq.edu.ar/advf/documentos/58b0712d2c0de.pdf, consultado el 26/11/2018.
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