miércoles, 30 de marzo de 2016

Patrimonio cartográfico catastral del Imperio de los Habsburgo

Mapire es el nombre del sitio en que se encuentran publicados mapas históricos del Imperio de los Habsburgo, que fue una monarquía que reino en el viejo continente y en otros territorios fuera de Europa por más de 600 años, de 1273 a 1918.

A la fecha, en el sitio se encuentran disponibles el primer relevamiento militar (1764-1784) y el segundo relevamiento militar (1806-1869), ambos a escala 1:28.800 con cobertura a todo el Imperio. Las hojas a escala 1:25.000 del tercer relevamiento militar (1869 a 1887) cubren el territorio del reino de Hungría, en tanto que otros a escala 1:75.000 tienen alcance a todo el Imperio.

Más allá de este acervo documental, son de nuestro particular interés los mapas catastrales del siglo XIX, cuyos levantamientos fueron realizados en escala 1:2.880. Estos mapas permiten su integración en el continuo territorial por yuxtaposición y disponen de una leyenda común. Según informan los responsables del sitio web, este recurso está en un proceso de actualización continua con hojas de mapas húngaros y croatas (Mapire, 2016).

Lo interesante y novedoso de Mapire es que dispone de todos sus mapas georreferenciados y que pueden ser visualizados sobre Google Earth, Google Maps y Open Street Map. Por ejemplo, en la siguiente captura de pantalla se muestra una vista sincronizada entre un mapa catastral húngaro y la misma porción de territorio correspondiente a Google Earth, de manera que los interesados e historiadores pueden estudiar y evaluar cómo ha ido evolucionado el paisaje en el transcurso del tiempo. 


Aplicación desarrollada para la visualización sincronizada entre el mapa catastral y Google Earth. Fuente: http://mapire.eu/en/

Estos mapas catastrales están realizados en base a levantamientos con plancheta y representan parcelas con sus líneas límite o divisorias, sus números identificadores, y además contienen los objetos naturales y construidos más importantes del terreno. De este modo, proveen una detallada y auténtica información acerca de cómo se encontraba ocupado el territorio por tenencias individuales (propiedad, posesión u ocupación) y el estado del ambiente natural y construido. Paralelamente y por separado, ya en registros de tipo alfanumérico, proveen datos de propiedad a nivel de parcela.

Cabe aclarar que la obra catastral del Imperio de los Habsburgo tiene un alcance mucho mayor y abarca diferentes períodos de tiempo, que el conjunto de mapas presentados por Mapire. Basta recordar el catastro Teresiano que fue iniciado por el emperador Carlos VI (1711–1740) y culminado y puesto en práctica por la emperatriz austríaca María Teresa (1717-1780), siendo el primero de los catastros modernos apoyados en cartas geométricas parcelarias. 


Levantamientos catastrales con el método de la plancheta
Este patrimonio es un objeto ideal para la cooperación internacional en virtud del carácter supranacional de los catastros (abarca, unos doce países europeos, ejs: Austria, Hungría, República Checa, Croacia, etc.), la uniformidad de los mapas catastrales y los registros alfanuméricos o textuales.  Pero el problema es que dicho patrimonio se encuentra disperso en diferentes países, cada uno de los cuales tiene su particular estructura administrativa, archivista y aplica diferentes políticas para la gestión y difusión de éstos recursos.

Es por ello que sería un sueño poder reunir en un sitio como el de Mapire, todos los mapas catastrales digitalizados y georreferenciados producidos durante la Monarquía de los Habsburgo, como fuente para el uso y la explotación por parte del público internacional.

Sin querer ser reiterativos porque ya lo hemos señalado en otra entrada, los mapas catastrales antigüos ofrecen un enorme potencial para la investigación histórica en diferentes aspectos y en una gran amplitud de temas, y es en ello donde reside el enorme valor de este patrimonio cultural. 

Fuente consultada:

Mapire (2016), http://mapire.eu/en/. Historical Maps of the Habsburg Empire.

martes, 8 de marzo de 2016

Calidad de los datos catastrales y estándares internacionales – Primera Parte

Distintos puntos de vista sobre la calidad

En la medida que los conjuntos de datos provistos por los organismos catastrales son utilizados para usos diferentes a los originalmente previstos, trabajar sobre la calidad de los datos comienza a convertirse en una necesidad más que una opción. Observando el contexto actual, podremos comprender mejor los porqué sobre el tema calidad, por ejemplo:

  • creciente uso e intercambio de datos espaciales;
  • los usuarios en general no son conscientes de las limitaciones en el uso de los datos y las consecuencias que pueden acarrearles una utilización inapropiada;
  • la creciente exigencia de mejores servicios por parte de la sociedad ejerce presión en las relaciones entre usuarios y organismos públicos, lo cual genera un impacto en un aumento de la litigiosidad;
  • las herramientas SIG no ofrecen límites a la integración de datos provenientes de distintas fuentes, escalas y resolución; y
  • particularmente los datos catastrales son utilizados como referencia en múltiples aplicaciones, lo que los hace especialmente sensibles a la detección de errores.

Trabajar sobre la calidad es un viaje que tiene principio pero que no tiene fin. Es que es una tarea que está asociada a las actividades de mejora continua, las cuales además de los datos y, en sentido amplio, pueden alcanzar a procesos, aplicaciones y servicios. Asimismo, políticas de calidad pueden instrumentarse para “limpiar errores” en los datos gráficos y/o atributos existentes en las bases de datos.


Pero existen otras razones más evidentes como las que surgen de las contrataciones, dónde las organizaciones requieren establecer medidas y parámetros para evaluar si los datos entregados cumplen con las especificaciones técnicas incluidas en los pliegos de licitaciones o en contratos de servicios profesionales. 

Tenemos entonces dos puntos de vista sobre la calidad, uno del usuario que necesita ser informado por el organismo productor sobre la calidad de los conjuntos de datos, como una herramienta que les sirva para evaluar si los mismos se adecuan al uso que le pretende dar, limitando responsabilidades y evitando usos inapropiados; y otro del productor, dónde la calidad es el grado en el que los datos en un conjunto de datos se ajustan a las especificaciones del producto. 

Además a la calidad podemos enfocarla sobre el producto final o sobre los procesos. La primera se ocupa de medir objetivamente o estadísticamente la calidad de un producto finalizado, sin ocuparse de la cadena de procesos intermedios que permiten su obtención. La segunda, en cambio, se ocupa de la adecuación del proceso de producción, y en un sentido más amplio, de la calidad de la organización productora. La calidad de procesos incluye a la calidad del producto final y no a la inversa.

La calidad aplicada a un producto final implica asumir más riesgos de fallo que la calidad aplicada a los procesos. Pensemos en las actividades de adquisición masiva de datos catastrales, en la que el control de calidad debe estar enfocado en cada etapa del proceso productivo, porque si en un censo los datos sobre las características edilicias han sido tomados incorrectamente, acarreará consecuencias en la categoría de la mejora y, por consiguiente, en su valuación. Lo mismo si tenemos un vuelo fotogramétrico para actualización catastral, tendremos que comenzar nuestro control en la planificación del vuelo, siguiendo con el material fotográfico o imágenes digitales obtenidas, el apoyo terrestre, la restitución, etc. 

La calidad como política organizacional 

Tomar la calidad como parte de la cultura organizacional, implica construir capacidades que alcancen a toda la organización, realizando las tareas de planificación, desarrollo, implementación y administración. Particularmente en lo referido a los datos, mínimamente es preciso tener definido lo siguiente:

  • cómo se va a controlar, es decir con que normas y procedimientos;
  • quién va a controlar, esto es el perfil y la función del personal que va a realizar la tarea;
  • qué se va a controlar, deben estar precisamente definidos todos los ítems a pasar por revisión, por ejemplo, en una planilla de empadronamiento que la misma haya sido llenada de acuerdo a instructivos o manuales específicos; y
  • cuándo se va a controlar, es decir en qué momento específico de una actividad se tiene que entregar material para su revisión.

Aspectos cualitativos y cuantitativos de la calidad 

El primer aspecto es declarativo, en tanto que el segundo es susceptible de cuantificarse o medirse. 

Los elementos cualitativos son el linaje o la historia de los datos, que especifica las fuentes de información, los métodos de captura, los procesos aplicados, etc., digamos que es una explicación general del proceso productivo informado por el organismo productor de datos; el resumen que indica qué son y qué representan los datos; y el propósito, que es una descripción textual del para qué se han creado los datos. Todos estos descriptores aportan referencias a los usuarios respecto a cuales podrían ser los usos esperados del recurso.

Los elementos cuantitativos representan medidas y evaluaciones concretas aplicables a conjuntos de datos, como ejemplos podemos mencionar a la exactitud posicional y la exactitud temática, cuyos conceptos veremos más adelante.

Normas ISO

La Organización Internacional de Estándares (ISO) dispone de normas aplicables al tema que hacen referencia a datos geográficos, no obstante y dentro de este contexto, a los datos catastrales y territoriales podemos considerarlos como parte de aquellos, independientemente de la cuestión semántica.


Hubo cambios recientes muy importantes en las normas ISO, concretamente en 2013 se publicó la ISO 19157 sobre calidad de datos geográficos que reemplaza a las siguientes tres normas:

  • ISO 19113:2002 titulada “Información Geográfica – Principios de Calidad”, que establece los principios para describir la calidad de los datos y los componentes específicos para informar la calidad.
  • ISO 19114:2003 titulada “Información Geográfica – Métodos de Evaluación de la Calidad”, que provee un marco de procedimientos para determinar y evaluar la calidad aplicable a conjuntos de datos, de conformidad a los principios de calidad definidos en la ISO 19113.
  • ISO 19138:2006 titulada “Información Geográfica – Medidas de calidad de datos”, que como lo indica su nombre define un conjunto de medidas para informar la calidad. Esta norma define múltiples medidas para cada sub-elemento, cuya elección dependerá del tipo de datos y uso previsto. 

Los principales cambios incluidos en la ISO 19157:2013 son:

  • Se han eliminado los elementos cualitativos de la calidad como el propósito, uso y linaje, siendo reemplazados por un único elemento llamado usabilidad.
  • Se ha eliminado la relación de jerarquía de elementos y subelementos de calidad que ahora pasan a llamarse directamente elementos.
  • Se ha suprimido la posibilidad de crear nuevos elementos de calidad.

En una próxima entrada continuaremos con este tema, haciendo un breve repaso sobre los contenidos principales de la norma ISO 19157:2013, como los elementos de calidad, medidas utilizadas para evaluar la calidad, método aplicable y presentación de resultados.