En el marco del evento del título, el Grupo de Trabajo (GT) sobre educación en Administración del Territorio de las Comisiones 2 de Educación Profesional y 7 de Catastro y Gestión del Territorio, realizaron un Taller cuyo propósito fue explorar el diseño de planes de estudio sobre la materia para abordar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), disponer de un adecuado entorno para una buena gobernanza del territorio y desarrollar sistemas de información eficaces y funcionales. En forma complementaria, la tarea de este GT busca adecuar, perfeccionar y actualizar los conceptos básicos para la enseñanza de una administración responsable del territorio, y dar apoyo a instituciones educativas para satisfacer necesidades específicas ajustadas al contexto de cada país.
Las preguntas orientadoras de las discusiones y debates han sido las siguientes:
- ¿Qué se espera que realice un graduado en el lugar de trabajo?
- ¿Cuáles son las áreas de conocimiento requeridas?
- ¿Cuáles son las competencias y habilidades básicas pretendidas?
- ¿Cuáles son las brechas entre los conocimientos / habilidades de los graduados y las necesidades de los profesionales en el lugar de trabajo?
- ¿A qué nivel educativo deberían impartirse los programas en la materia?
- ¿Deberían estar acreditados los programas?. De ser así, ¿quién debería realizarlo y con qué propósito?
Resulta evidente que para dar respuesta a una buena parte de estas cuestiones, es necesario establecer una comunicación estrecha entre la academia y los organismos públicos en los que se desarrollan las actividades catastrales, registrales y de gestión del territorio en sentido amplio. Este trabajo conjunto de vinculación del quehacer universitario con la dinámica y las necesidades de la sociedad, lo que pretende es enlazar las competencias y las habilidades impartidas con la práctica efectiva, sobre la base de una retroalimentación que permita el mejoramiento continuo de las funciones, los métodos y procesos de trabajo. Dicho mejoramiento debe ser interpretado en el sentido de mantener la capacidad de evolucionar y adaptarse a los cambios en las competencias requeridas en el transcurso del tiempo.
En el documento del Taller, respecto a la primera pregunta se expone que los participantes discutieron y destacaron lo siguiente: que es esencial el reconocimiento de diferentes tipos de tenencia, sea las que provienen del derecho como las informales, por ejemplo, las comunitarias y las que tienen origen en los usos y costumbres; que los estudiantes necesitan aprender habilidades sobre gestión de proyectos; la importancia en la formación respecto al manejo, levantamiento, análisis y evaluación de la calidad de los datos; la necesidad que el profesional participe en el diseño de políticas vinculadas al territorio, teniendo en cuenta las preocupaciones actuales; la utilización de herramientas como, por ejemplo, los SIG para evaluar la viabilidad de evaluaciones sociales, ambientales y económicas; y los métodos de valuación incluyendo habilidades técnicas como sociales.
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Algunos resultados de las discusiones. Fuente: https://fig.net/resources/proceedings/fig_proceedings/fig2024/ppt/ts05h/TS05H-LAEd-report.pdf
Con relación a las habilidades, competencias y brechas, los asistentes reconocieron que los graduados requieren una combinación de diferentes habilidades, entre las que se incluyen: contabilidad financiera, gestión de proyectos, aspectos legales que reconozcan la diversidad de sistemas de tenencia, aspectos sociales, instrumentos de uso y desarrollo del suelo, sistemas de información territorial e infraestructura de datos espaciales, resolución de conflictos, conciencia sobre el cambio climático y su impacto en los derechos sobre el territorio, el papel de los ODS y de que manera es posible utilizarlos en la gobernanza del territorio.
En breve resumen en el Taller, entre otros aspectos, se destacó lo siguiente: (i) la importancia de ir más allá de una mentalidad de silo o de compartimentos estancos, remarcando la necesidad de incluir al sector privado, las ONG, las organizaciones de la sociedad civil, el mundo académico y el gobierno en los debates sobre la administración del territorio; (ii) cómo combinar e integrar apropiadamente dentro de la estructura de la especialidad, el saber hacer proveniente de diversas disciplinas como el derecho, los métodos de levantamiento de información catastral, la economía del territorio, la planificación y gobernanza urbana, y las tecnologías de geo-información; y (iii) se estableció un consenso en que debería haber acreditación de los programas educativos por parte de organismos profesionales o gubernamentales, e incluso se propuso que la FIG pudiera convertirse en un organismo de acreditación.
Como comentarios finales, podemos agregar que considerando a la administración del territorio como una disciplina que engloba básicamente al catastro, el registro y además a la planificación u ordenamiento de las áreas urbanas y rurales, debe ponerse especial énfasis en cómo integrar los sistemas y flujos de datos a nivel interorganizacional con enfoque en la coordinación, la complementariedad, la interdependencia y el diseño de servicios orientados al ciudadano. Esto es muy relevante abordar desde el marco político institucional y desde los principios rectores que establecen las prácticas en la administración pública. Además la materia debe estar abierta a la incorporación de habilidades complementarias, como las ya señaladas sobre gestión de proyectos y aspectos sociales con alcance a las metodologías de investigación básica y aplicada (métodos cualitativos y cuantitativos), a lo que es necesario considerar el desarrollo organizacional y la construcción de capacidades, como instrumentos que contribuyen al fortalecimiento institucional, la innovación, la sostenibilidad y la gestión del cambio.
El documento completo con los resultados del Taller puede descargarse aquí.